Exposición fotográfica de María Cienfuegos. Galería Villena de la Plaza de Armas, La Habana, Cuba. Del 25 de marzo al 3 de mayo de 2010.

lunes, 5 de julio de 2010

Simplemente hay que dejarse penetrar o la extraña fotogenia del Pez-erizo

Por: Rubens Riol Hernández

La segunda exposición personal de la fotógrafa cubana María Cienfuegos, Memoria instructiva para penetrar la piel, curada por Sara Alonso (especialista de la Fundación Ludwig de Cuba), debió provocar la curiosidad de no pocos transeúntes que visitaran el Centro Histórico de la Ciudad entre los meses de marzo y abril, específicamente, los alrededores de la Galería Villena, en la cual fueran exhibidas varias piezas de un singular magnetismo, debido a sus notables dimensiones y, sobre todo, al misterio que produce lo inédito. Pues, se trataba de cuatro obras resueltas a partir del mosaico (técnica bastante inusual en la escena plástica cubana contemporánea) y la manipulación digital de las imágenes, donde apreciamos, curiosamente, la figura de varios peces disecados, sugestivo leit motiv que remeda posibles cementerios fósiles, donde importa el gesto congelado, ¿incapacidad de acción? y la indiferencia del objeto en su inmovilidad fantasmagórica, pero ¿cuál sería su posible destino conceptual? Supongo anacrónico el discurso ecologista, aunque me llama la atención su cercanía al Museo Nacional de Historia Natural, donde se conservan ejemplares análogos, quizás los mismos que inspiraron las fotografías, cómo saberlo.

De todos modos, sospecho que el alarde pedagógico contenido en el título, promete un sentido más profundo que el simple hecho de conferirle a un objeto de interés científico el protagonismo de una obra de arte; y es justo ahí donde radica la oblicuidad del mensaje. Por tal motivo se me antoja pensar, que estos seres petrificados, en su calidad de víctimas -resultado de una disección irremediable- llegan como pretexto al desfile para insinuar ideas más arriesgadas. Me seduce, por ejemplo, la posibilidad de una lectura sociológica, según la cual, podríamos establecer cierta analogía entre el pez (como individuo) y el ser humano (específicamente, cubano) sustitución simbólica que habla de la intervención de una realidad “concreta”, al tiempo que exige una postura crítica, introspectiva, que rebase la mera contemplación. Así, los grandes paños en forma de bloque que exhiben los segmentos elegidos de cada espécimen, recortados sobre un fondo negro, significan la fragmentación del sujeto contemporáneo, a partir de una combinación aleatoria y un orden adverso, caótico. Suerte de rompecabezas inexplicable que discursa, tal vez, sobre la convivencia forzada, el cero espacio para la afinidad, además de esa metamorfosis latente, inconseguida, dada por las diferencias de textura y la no correspondencia de las imágenes, por momentos abstractas, paranoicas, inconciliables. Posible alusión a una creciente desigualdad social, dejando lugar, unas veces, para el hacinamiento y la promiscuidad ostensibles desde el horror al vacío, aunque en ocasiones deje libre el espacio para privilegiar otras posiciones, más cómodas, donde algunos individuos, incluso, parecen dispuestos para el vuelo.

Todas estas asociaciones resultan verosímiles debido a la voluntad expresa de la artista de quebrar la unicidad y la autonomía de las fotos en busca de una mayor dependencia, conformando un todo donde persiste la heterogeneidad y los bordes quieren acoplarse, pero no encuentran lógica; simplemente hay que dejarse penetrar -que no confundir- parece decirnos la Cienfuegos con su obra. En este sentido, me parece llamativa la recurrente aparición, entre otros ejemplares, del Pez-erizo (Diodon Hystrix), que sabemos tiene la habilidad de inflar su cuerpo tragando agua o aire, volviéndose redondo como una pelota para reducir el rango de potenciales depredadores según el tamaño de su boca, y cuyo mecanismo de defensa principal radica en su PIEL, cubierta de púas inmóviles o eréctiles, símbolo en este caso de resistencia e indocilidad, a diferencia de los demás peces retratados, cuyas pieles son menos coraza, por tanto resultan más vulnerables, fáciles de persuadir o penetrar, que a estos efectos, serían sinónimos.

Resulta igualmente llamativo el cuidado que tuvo la artista de incluir en la composición, las pequeñas etiquetas con el nombre científico de las distintas especies, donde aparece contemplado, el rótulo “Cuba”, indicador de pertenencia o endemismo, en cada caso, y que en su conjunto pudiera sugerir una discusión sobre la pertinencia de la burocracia o el horror de la clasificación, pero se me ocurre que habría sido más importante defender una noción de identidad. Por tal razón, queda justificada, otra vez, la elección del pez como metáfora que encarna y sintetiza “la dimensión física de la Isla, tierra rodeada de mar, que convoca la idea de unidad hacia el interior o heterogeneidad homogeneizada en la que los ingredientes no se disuelven, sino que se alinean, en la fuerza sólida que representa, y a la vez, en la limitación que implica la idea del bloque”[1]. Así, solapadamente, llega hasta mí el sentido de Memoria instructiva para penetrar la piel, cuyas obras, a pesar del extrañamiento que producen, parecen haber sido concebidas – justo para el espacio que las acogiera entonces- como una invitación retadora a la exégesis, un desafío a la inteligencia, porque inteligente ella misma, María Cienfuegos, supo blandir el símbolo correcto para hablar con voz propia y socializar, aunque con un pudor aparente, más cautela que otra cosa, el verdadero lenguaje de un pensamiento inquieto, de una densidad antropológica, si se quiere, pero cuyo valor socio-cultural no descansa sólo en aquellas paredes, sino que fue capaz de dejar su huella en nuestra memoria.

Rubens Riol Hernández (Consolación del Sur, 1985)

Graduado de Historia del Arte en 2009, profesor adiestrado del Colegio Universitario San Gerónimo, autor y promotor de Rosebud (espacio de Cine-debate de dicha institución) y crítico. Textos suyos aparecen publicados en Upsalón, Extramuros, Dédalo, La Gaceta de Cuba, Noticias de Arte Cubano, Juventud Rebelde, Cine Cubano y algunos sitios en Internet como los correspondientes a la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y el proyecto Esquife de la AHS, entre otros.

[1] Aunque estas palabras fueron tomadas de la fundamentación teórica que hizo la artista para un proyecto de exposición anterior. Noto que en Memoria… reproduce exactamente la misma idea, debido, quizás a la dimensión conceptual análoga del mosaico como parte significante del discurso en ambas propuestas.